sábado, 10 de enero de 2009

Me siento engañado

Me siento engañado, quizás por mí, por alguna ilusión, pero el sentimiento de engaño es el mismo, igual que defraudado, desgraciado e insostenible.

No comprendo situaciones donde se veda la voz, o donde la ignorancia es aceptada sin rechisto, como si ni importara lo más mínimo, como si se aceptara sin mucha preocupación lo que conlleva, como si tan solo fuera decisión mía después de dejar de insistir decenas de veces. No lo comprendo, y no puedo preguntarle a nadie más que a ti, aunque no respondes, igual por desinterés, prohibición o incluso rencor. No lo sé, pero estoy en un punto que no descarto nada y debería comenzar a extinguir alguna que otra figura que parece no más que para adornar el manojo, con un ligero pensamiento de usarla en cualquier momento, pero sin ninguna convicción de acertar, luego ¿De qué me sirve? si ni tan siquiera por buena que sea consigo encontrarle utilidad. Tan solo confunde mi mente y atrasa el siguiente movimiento, por lo que perjudicial me es, sin estar yo de acuerdo. Aún así no parece ser peor que ninguna otra de sus costados, y el juego es complicado además de arriesgado, total, aquí si importa ganar o perder, es crucial para pasar a la siguiente partida de la vida y los demás se impacientan porque esperan un lanzamiento que se retarda sin saber yo hasta cuando.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio