El descontrol
Ojalá mi vida fuera como una película, donde el sufrimiento es irremediable y pese a ello, sigues esforzandote porque sabes que el final lo recompensa, terminando con una subida de letreros que incita a pensar que no habrán más penas. Ni siquiera sé si estoy enamorado, o si solo es que no he econtrado todavía nada mejor con lo que suplir los adentros de mi estúpida cabeza.Es curioso lo complicado que parece todo; cuando más intentas controlar tus pensares, más cuenta te das de que no hay forma de domarlos, como un potro al que nunca le ataron por el cuello, y menos aún se atrevió nadie a montar, me viene a la cabeza aquella conocida frase celebre “solo sé que no sé nada”, y es que cuando más quieres saber de algo, más te das cuenta de que no es tan simple como creias en un primer momento, dejandote ver que solo posees una cima de todo el conocimiento que hay debajo de ella que ignorabas por completo por simple desconocimiento de aquello.
Mi subconsciente al que yo culpo de mis males, quizás sea el único pajaro libre que surque los cielos de mi cerebro, siendo el irresponsable de mis continuos errores que intento evitar equibocadamente, y pedir consejo no me consuela, alejandome aún más de mis objetivos.
A veces me pregunto si soy feliz, y cada cinco minutos, varía mí respuesta.
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