domingo, 31 de agosto de 2008

El descontrol

Ojalá mi vida fuera como una película, donde el sufrimiento es irremediable y pese a ello, sigues esforzandote porque sabes que el final lo recompensa, terminando con una subida de letreros que incita a pensar que no habrán más penas. Ni siquiera sé si estoy enamorado, o si solo es que no he econtrado todavía nada mejor con lo que suplir los adentros de mi estúpida cabeza.

Es curioso lo complicado que parece todo; cuando más intentas controlar tus pensares, más cuenta te das de que no hay forma de domarlos, como un potro al que nunca le ataron por el cuello, y menos aún se atrevió nadie a montar, me viene a la cabeza aquella conocida frase celebre “solo sé que no sé nada”, y es que cuando más quieres saber de algo, más te das cuenta de que no es tan simple como creias en un primer momento, dejandote ver que solo posees una cima de todo el conocimiento que hay debajo de ella que ignorabas por completo por simple desconocimiento de aquello.

Mi subconsciente al que yo culpo de mis males, quizás sea el único pajaro libre que surque los cielos de mi cerebro, siendo el irresponsable de mis continuos errores que intento evitar equibocadamente, y pedir consejo no me consuela, alejandome aún más de mis objetivos.

A veces me pregunto si soy feliz, y cada cinco minutos, varía mí respuesta.

lunes, 11 de agosto de 2008

Sigues rondando mi estupida cabeza

Nunca me ha pasado esto, y empieza a ser traumático. Siempre he sido una persona sentimentalista, al menos me he considerado así; muy soñador y pensador, quizás sea ese mi mal.

Tan solo he estado a su lado tres veces, y fue tal día como el tres de hace ya dos de treinta y uno el último momento en el que estube a su lado. Pese a los cumulos de pensamientos que me impedian ser yo mismo, estoy convencido de que fueron buenos momentos para mí, y es verdad que dichos, pensamientos y actos me siguen pasando factura una y otra vez. Es un tipo de persona que jamás había tenido el placer de conocer, al menos para mí era especial; cualquier personaje de televisión, cualquier comentario de quien fuera, o la más misera actitud me hacía pensar en ella. Locura para mí era porque no había momento de mi cabeza que no estubiera presente, y ahora, después de más de dos meses, me sigue apareciendo por etapas, y no sé nada de ella, si volveremos a hablar, o si la volveré a ver. Lo peor de todo es la mala imagen que le di, el querer enseñarle en tiempo reducido lo máximo de mí, y el captar toda la información posible de ella en unos instantes no hizo más que asustarla y darle una impresión de bicho raro que de seguro me costará borrar, de todas formas, aún sabiendolo ahora no creo que cambiase mucho esa forma de ir desprotegido como antiguamente, lo que me hace pensar que siempre caere en el mismo abujero una y otra vez, porque no soy capaz de controlarme cuando estoy con esa persona y me invade otro yo que desconozco. Me obsesioné y aquello hizo alejarse más si cabía, pero el seguir pensando en ella después de ese periodo me hace pensar que sigo obsesionado, o que se yo, no controlo mi estúpida cabeza, que solo ella puede arreglar las cosas y joderlas, con perdón, siempre que quiera. Convirtiendome en una marioneta incapaz de ser quien soy por culpa del poco ábito que tengo al estar con esa chica.