viernes, 25 de abril de 2008

La botánica

Desde siempre he tenido cierta curiosidad por la zoología, los animales me fascinan desde pequeño y hace poco empecé a interesarme un poco en el maravilloso mundo de las plantas, tanto es así, que he hecho inventario de los especímenes que tengo y estoy haciendo una base de datos donde almaceno toda la información de cada una, también iba a hacer una especie de programa que siguiera el desarrollo de cada una, pero ya lo he visto demasiado escesivo y solo he hecho un blog por cada especie que planto desde semilla a modo de manual acertado o no.

De momento solo tengo dos, pero tiempo al tiempo, voy a publicar aquí los links y supongo que los enlazaré en el mismo blog para que no se pierdan los enlaces.

http://tagetespatulanana.blogspot.com/
http://lunariatelekiana.blogspot.com/

La familia que más me interesa son las suculentas, quizás porque son fáciles de cuidar y para empezar en este mundillo es lo mejor, además son muy interesantes y variadas, y hace poco recibí varios esquejes por identificar y algunos ya estan enraizando. Al contrario que las suculentas, lo peor que pude haber hecho es adquirir una Dionaea, que es la típica carnivora atrapa-moscas, que será muy espectacular y tal, pero necesita unos cuidados especiales como por ejemplo que este el sustrato siempre húmedo y con agua destilada, así que cada dos por tres estoy en la terraza tocando el sustrato y poniendo el agua de la plancha en el platito. Y así como con las suculentas u otras plantas más floridas estoy planteandome la posible polinización y siembra con la Dionaea mejor no.

Les dejo una imagen de mi rosal

miércoles, 2 de abril de 2008

Una Sociedad Manipulada II

Me encanta debatir, y respondo por aquí al intercambio de opiniones:

Veamos Mariaelena, Heichmann copió a Rusia, ¿Te suena Birobidzhán? Esto es antes de la II Guerra Mundial, lo digo por la defensa que haces al comunismo, como de justificación.

"En 1924, año en el que Stalin sue convirtió en dictador de Rusia, se empezaba hablar del “problema judío”, del que luego se harían eco los nazis. Aquel problema pasaba por considerar a los judíos un pueblo burgués que jamás podría emanciparse nacional ni socialmente. La solución a este “problema”, pues, pasaba por aislar a los judíos en un macro-ghetto del que no pudieran salir y que convertirían en una gran cárcel aislada de todo el mundo exterior. Este territorio del que hablamos se llamaba Birobidzhán, un área de 35.000 km2 en el lejano Este. Por medio del traslado de los judíos allí, el gobierno podía detener la expansión japonesa a la vez que veían una alternativa al Sionismo. A partir de 1928 comenzó la operación. Ese año se prohibió toda publicación en hebreo y muchos escritores judíos fueron arrestados sin cargo alguno.



En 1930 ya se había conseguido la destrucción de la mayor parte de la vida cultural judía en la URSS. Para finales de 1935 las purgas de Stalin se endurecieron incluso contra la propia Birobidzhán, en donde se cometerion verdaderas atrocidades contra colegios y centros de culto judíos.



Lamentablemente, la llama de la esperanza para los judíos rusos se apagó en 1939, cuando se firmó el pacto de no-agresión nazi-soviético que, a posteriori, daría lugar a la Segunda Guerra Mundial. Pocos meses después tras la firma del nefasto pacto, el Kremlin felicitaba a los nazis por "su lucha contra la religión judía", y la prensa y radio soviéticas escondieron los informes acerca de la brutalidad judeofóbica del nazismo.


Terminada la guerra, en todo lo relativo a los crímenes del nazismo para con los judíos, el régimen comunista se empeñó en no hacer público nada referente a ello. Para cumplirlo, Stalin adoptó una política en la que libros y películas sobre el tema eran constantemente prohibidos y toda referencia al sufrimiento judío omitida.

Seguimos, 1952. En agosto de aquel año, Stalin mandó fusilar a muchos intelectuales judíos por motivos que jamás sabremos y que la propaganda roja bien se ha guardado de esconder.

En enero de 1953 Stalin ordenó la detención de numerosos doctores en medicina de Moscú, principalmente judíos, acusándoles de asesinatos médicos y de conspiración contra el Estado. Se trataba del llamado ‘complot de las blusas blancas’ que parecía presagiar una nueva purga, que sólo evitó el repentino fallecimiento del dictador el 5 de marzo de 1953.

Tras la muerte de Stalin y a la vista de los hechos, se podría decir que inicialmente, Stalin, al igual que Lenin, esperaba que los judíos soviéticos desaparecerían a medida que el régimen les ofreciera la asimilación y el aislamiento forzado. Sin embargo, no pudo dominar su virulento antisemitismo y comenzó un asalto a todo lo judío.

En definitiva, debería quedar claro que Stalin demostró su antisemitismo en todas las facetas de su vida. Ha sido uno de los peores judeófobos que Europa ha engendrado."