lunes, 15 de septiembre de 2008

¿Planteamientos de rendición?

Igual nunca llegue a ser feliz por lo inconformista que soy, o quizás sea porque no me conozco lo suficiente, no me encuentre, o no sepa lo que quiero. A lo mejor solo soy un niño malcriado lleno de arrebatos pasajeros, aunque puede que sea porque soy exigente, incluso a veces más con el prójimo que conmigo mismo, otras viceversa.

A pesar de todo, me consuelo porque lo reconozco y siempre es un paso adelante, o eso dicen, lo cierto es que yo no me noto grandes mejoras, igual no caigo donde antes lo hacía, pero sigo callendo en los nuevos obstáculos que vienen, lo peor, que cuando alzo la vista veo más y más, que uno piensa en ocasiones si no será mejor dejarse caer, concenciarse y asimilar. He buscado sinónimos a la rendición pues suena más derrotista, pero la cruda realidad es esa, por ello me enfadaría conmigo mismo si lo hiciera, total, si me acompañara algún fogonazo de esperanza sería distinto, o eso quiero pensar.

De momento mi vida sigue y no tengo a nadie que me de su mano para evadir los obstáculos, lo más perturbador es que los rechazo esperando, qué sé yo lo que espero. No quiero dar nada por perdido, pero la derrota es tan tentadora que aún necesito un plus en mí para darle la espalda.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El Reencuentro

Fue por el dosmil tres cuando por tí cogí afición a las cartas. Recuerdo que me avergonzaba de mi tremolante letra, que en comparación con la tuya no se prestaba a leer; tan limpia y escueta en tus líneas, tan llena de sueños pendientes de la inseguridad que te carcomía, que a fin de cuentas, parecía una utopía maravillosa de la que mejor no despertar. Me contagiabas de tal forma que alumbrabas mis noches más oscuras, abrazando la almohada como si de tí se tratase, incluso en pleno día necesitaba de tus abrazos, que solo eran míos en la irrealidad por la distancia que acongojaba, y me sentía preso de tí por un movil que nunca dejaba de reclamar la atención, pero que bien me hacía sentir alivio como la droga al drogadicto.

Tras un vacío en mi mente no recuerdo nada, solamente que te he seguido hechando de menos, como quien recuerda un tiempo pasado mejor y lo añora, porque siempre has sido una persona capacitada para crear enseñanza de aquel que está contigo, y es algo que además de hacerte interesante, aprisiona.

jueves, 4 de septiembre de 2008

La encontré con Tormes

Aliviado me encontré cuando supe que vivía aquella por la que decidí morir en los pasados. Como si de una vida nueva viniera a mí, y volviérame con el mismísimo diablo que me hizo tanto castigo y aún así suficiente no escarmenté, pues fui yo quien la llamó como quien llama a la desdicha y bien de buenas me recibió, más no existía manera distinta que esa por el buen trato, sálveme tiempos de olvido, con los que juntábamos memorias que presto llegaba yo a retomar. Y digese a mis tripas que no caería en el mismo hoyo, y el hambre me enterrara con muerte si volviese de igual destino al que antaño me dejó seco como las espigas sedientas. Pues con la experiencia que es de más grado que la calor, o así se dice por mis parcelas, escogiera el camino sin apenas piedras que no destrozasen mis andares, y en espera de su parla callé, y bien fue mi sorpresa al despedirse como tal saludo, que de prisas se comía, más no quise entorpecer su paso de troteo, y díjome que pararíamos a conversar en pronto terminase sus menesteres. Pues pese a mi paciencia que es menos que la esperanza, quedé con tal sonrisa que ni el quijote igualaría en bravura y sincera, y en vista que la hora no corría como debiera, túveme que esperarla como mercenario que espera sus dineros. Y aquí me ando leyendo al bueno de Lazaro, que de pillo y escritura me valgo.

lunes, 1 de septiembre de 2008

De capa caída

Supongo que alguna vez habrá oído la expresión que da título al texto. Se extiende por toda la península, y qué sé yo, si por las indias de Colón también lo hará.

Su uso merece una bonita historia de trasgiversación de lenguas, pues bien ahora es de entender que "estar de capa caída", es estar deprimido, destrozado, desilusionado... Pero si nos fijamos un poco, lo cierto es que no dice nada dicha expresión, lo que a la hora de la verdad se ha ido extendiendo por su fácil comprensión y traducción a la mente lógica que poseemos.

Pues bien curioso es leer, el padre Fullana i Mira, catedrático de la RAE en sus tiempos y precursor de la estandarización del valenciano como lengua diferenciada del catalán, insistía en unas normas a usar para que no perdiera el pueblo la costumbre de su lengua, en las que se encontraban expresiones tan sinceras como “Anar de cap a caiguda”, qué bien da a pensar que esos fueron los inicios de la dichosa frase por la que discutimos en el preciso. “Anar de cap a caiguda”, se traduciría literalmente como "Ir de cabeza a caida", empero lo literal entre lenguas quizás no funcione siempre, muestro una mejor traducción: "ir de cabeza al suelo". Así bien cabe la expresión en una desilusión o en una mal aventura.

Ahora bien con el correr de las gentes de un lado a otro y la poca costumbre a la cultura que se tenía por todos lugares, algunos inexpertos en la materia adjudicaban de oído “Anar de cap a caiguda” a “Anar de capa caiguda” con su ahora si, literal traducción a lengua castellana "Ir de capa caída".